Mi primer encuentro con un kinesiólogo después de mi ACV, no lo recuerdo, pero me han contado que una vez que desperté y hubo conciencia y se constató algo de movimiento en mi lado izquierdo, vino un kinesiólogo quien me levantó y me sentó en un sillón amplio, tipo silla de ruedas, buscó una enfermera o dos para que nos acompañaran con todas las mangueras a las que estaba conectada y me sacó al jardín, dicen que quedé en shock al salir a la luz del sol.  Luego de eso comenzó mi revivir y comienzo a tener recuerdos. Mis primeras kines consistían prácticamente en mantenerme 5 minutos sentada, era difícil y dolía. También había que tratar que mi musculatura no se siguiera debilitando. No recuerdo bien en esa etapa cuál fue el trabajo. Tengo el recuerdo de una de las primeras veces que me paré, fue con dos amigas a los lados, la camilla atrás y el kinesiólogo al frente, tenía que moverme hacia los lados para ver si tenía equilibrio. Desde entonces fui mejorando día a día, me podía mantener parada sin tanto cansancio, luego di mis primeros pasos y después me iba caminando al gimnasio de la clínica. Hacer kine se convirtió en lo más entretenido de mi día. 

 

Gracias por la paciencia y cariño de mis kinesiólogos, Natalia Vidal, Tomás Bahamondes, Carlos Valenzuela y Felipe Zuñiga, que hasta hoy me acompañan y son un pilar fundamental en mi rehabilitación.

 

Se me ocurrió hacer unos videos con algunos ejemplos de ejercicios de kinesiología para que puedan hacer en la casa, sobre todo ahora que estamos en pandemia y muchos de nosotros hemos suspendido la gran mayoría de las terapias, pero es importante hacerlo bajo la supervisión de un profesional.

 

Recuerda escuchar tu cuerpo, ir a tu ritmo, pedir ayuda, si no puedes hacer un ejercicio no importa, inténtalo otro día, es importante nunca perder las ganas; todo no se logra el primer día ni el primer mes, no te rindas. Yo todos los ejercicios los hacía en un comienzo con ayuda y dificultad.

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