Cámara hiperbárica
“La medicina hiperbárica consiste en suministrar oxígeno al 100 por ciento dentro de un ambiente presurizado. El hermetismo de la cámara permite subir la presión atmosférica normal, de manera que, debido a ello, aumenta la disolución del gas en la sangre y posibilitando que llegue oxígeno a lugares donde normalmente no lo hace, estimulando así las funciones vitales de las células como defender, limpiar y reparar, ayudando a regenerar los tejidos dañados.”
La cámara hiperbárica me la recomendó mi neurólogo, Dr. Andrés Reccius, el día de mi alta, como una terapia que a él haría si estuviera en mi caso.
Después de unas breves vacaciones post hospitalarias con toda mi familia en el sur, reinicié mis terapias en casa (kine, terapia ocupacional, fonoaudiología) y comencé a buscar otras que pudiesen ayudarme integrando sicología, acupuntura y oxigenoterapia o cámara hiperbárica.
Estas sesiones las llevé a cabo en el Hospital de la Fach, supervisadas por un médico especista y su equipo.
Para poder entrar a la cámara tuve que hacer exámenes de oídos y RX de pulmón y ver que no hubiese ninguna contraindicación con los cambios de presión, descompresión y exceso de oxigenación.
Cada sesión consistía en estar 90 minutos sentada en la cámara junto a otras personas respirando con una mascarilla con oxígeno, no fue muy entretenido, porque no puedes hablar o interactuar con los otros por la mascarilla y no puedes entrar nada electrónico ni metálico, incluso se recomienda utilizar prendas de algodón. Pero me fui acostumbrando y me leí varios libros, dormí algunas siestas y jugué sudokus (con lápiz de madera).
En total fueron 60 sesiones; primero 40 y luego, después de mi segunda cirugía 20 más.
A la quinta sesión se notó una diferencia clara y marcada en el lenguaje el cual comenzó a ser más continuo y con mucho menos lagunas. Luego la afasia desapareció.
En lo motriz, no quiero quitar mérito a mi esfuerzo y al de mis kinesiólogos, pero creo que también comencé a caminar más rápido y fluido.
En la cicatrización también hubo un cambio: por fin mi cabeza dejó de picar y las costras cedieron.
Mi aspecto en general tomó un tono muy saludable.
"Respirar conscientemente es sanador"
Si no tienen contraindicaciones recomiendo hacerlo, es aburrido, pero increíblemente beneficioso, para mi fue un gran impulso a mi recuperación. Lo vi en mí, lo vi en mis compañeros de cámara con diferentes enfermedades y lo recomendé a un compañero de la Teletón (26 años) quien había sufrido un TEC Grave Cerrado, a quien también a las pocas sesiones le ayudó en la fluidez mental, sintiéndose mucho más lúcido y menos niño (así lo explica él); mejorando el lenguaje y rapidez motora también. Él hizo las sesiones a través de la Universidad de Chile en el Hospital Barros Luco.
Tengo entendido que ahora hay cámaras más modernas en donde puedes moverte y hacer ejercicios, pero lo importante es que sean cámaras específicas con las características que se necesitan para la rehabilitación, no a las cámaras que se usan para tratamientos estéticos; deben ser cámaras que hagan el mismo efecto que un buceo a mínimo 10 metros de profundidad, que estén aprobadas para tratamientos médicos, si no perderás tu valioso tiempo y dinero.